Las incidencias laborales son elementos propios del entorno laboral, por lo que tienden a ser inevitables. Sin embargo, no todas representan algo que deba temer o evitar al 100% en una organización, pues las incidencias muchas veces no tienen un escenario negativo, y lo importante es saber gestionarlas de forma correcta.
El IMSS, a inicios de 2024 entregó una cifra de 22,133,407 puestos de trabajo, el mayor número que se haya registrado hasta el momento respecto a un mes de enero. La generación de empleos es algo positivo que se sostiene gracias a la preservación de los puestos de trabajo, y para ello es necesario saber acerca de los riesgos laborales e incidentes que pueden llegar a ocurrir.
¿Qué son las incidencias laborales?
Las incidencias en el contexto de trabajo son situaciones diversas que cuando suceden afectan al entorno laboral, lo cual hace que el ritmo de trabajo y las actividades operativas cambien.
Estas pueden englobar emergencias personales e imprevistos que le puedan surgir a los empleados, pero también pueden ser factores que se tengan contemplados. Por esta razón, es muy importante que no representen riesgos laborales y sea posible mantenerlos bajo control.
¿Cuáles son los tipos de incidentes laborales?
Aunque en casos particulares la lista de situaciones de esta índole puede ser larga, en general hay dos tipos de incidentes laborales que se deben tener presentes:
1. Incidencias imprevistas
Son contingencias que se dan y escapan al control de los trabajadores, así como de la empresa. Su naturaleza es repentina, por lo cual son impredecibles.
Como muestra de estas, están las faltas (sean o no justificadas), retardos graves (de acuerdo a las políticas de puntualidad de la empresa), problemas de salud físicos o mentales (incluyendo ahora los de la NOM-035), o haber sufrido un accidente de trabajo.
Aquí también entran las comisiones y los bonos, por ejemplo el de productividad, o el de pagos extras, que son cambios que no se pueden anticipar.
2. Incidencias previstas
Las incidencias previstas son aquellas que se contemplan desde tiempo antes, lo cual las hace controlables, planificadas y, por lo tanto, sin repercusiones negativas en el plano operativo.
Entre ellas se pueden encontrar las incapacidades por maternidad, paternidad, pago de horas extras y uso de días de vacaciones, entre otros, que la empresa ya ha estimado previamente que se deben de considerar.
¿Cómo pueden gestionarse?
Es importante conocer cómo se pueden gestionar, para saber si habrá un impacto en la remuneración y cómo va a afectar al cálculo de la nómina. Esto permite saber, si tendrá que haber descuentos por alguna falta injustificada o si aplicará el pago de percepciones adicionales, por ejemplo.
Lo ideal para gestionar desde una incidencia controlada, como días de incapacidad, hasta una imprevista, como un accidente de trabajo, es actuar con base en las siguientes acciones:
- Identificar la situación
- Recopilar los datos referentes a esta y preparar un reporte.
- Analizar la información para saber motivos y el impacto posible
- Determinar posibles soluciones
- Evaluar el impacto que finalmente tuvo
Importancia de gestionarlas
Esto hará que sepas cómo actuar ante cualquier situación de forma más inmediata, al gestionar correctamente cualquier tipo de incidencia. De esta manera, puedes:
- Lograr que se afecte lo menos posible la productividad
- Ofrecer más transparencia en el manejo de estas situaciones
- Generar un cálculo más preciso en el pago de salarios
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Con Sistema TRESS y Revolution en la nube, se te facilitará mucho el proceso del cálculo de nómina. Estas soluciones permiten que tengas un mayor orden en tu empresa y simplificar la gestión de las incidencias, pues puedes ver un resumen de estas y, a partir de ahí, generar los reportes pertinentes.
También, con nuestro portal +ORDEN podrás tener control y transparencia de los días de descanso de los colaboradores, y es que desde ahí ellos podrán solicitar fácilmente sus días de vacaciones.
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